Resistencia y creatividad es un espacio de reflexión, de memoria y esperanza. Es la memoria resistente de tantas mujeres, teólogas o no, que han hecho posible el presente. Es pararnos a contemplar lo que ya somos, para evitar perdernos en la desesperanza y para seguir avanzando sobre el camino que entre todas hemos ido construyendo. Es la creatividad emergente desde nuestra realidad, una realidad de mujeres, de creyentes, de teólogas que desarrollan su reflexión desde los márgenes, para mantener lo creado desde la frescura de lo nuevo y lo bello. Y es la posibilidad de alumbrar el futuro orientándolo hacia la fe, compartiendo nuestra capacidad de resistencia, para hacernos juntas más capaces del Misterio que nos libera y nos empodera, que nos atrae y nos sorprende.