La Constitución de Honduras de 1982 fue el fruto de las negociaciones entre las fuerzas políticas y los militares.
Se redujo el periodo presidencial, se estableció la no reelección; y le dieron a las Fuerzas Armadas la tutela del sistema, en el caso que alguien quisiera atentar contra la democracia y suprimir la constitución.
Bajo la nueva Carta magna resultó elegido presidente constitucional el liberal, Roberto Suazo Córdova.