«Conocer y defnir las propias emociones y afectos no es algo obvio: hay que saber mirar dentro de uno mismo, pero también disponer de un lenguaje que exprese en palabras lo que se siente. El mundo interior es una realidad compleja y apremiante, a la que no siempre somos capaces de dar voz por falta de palabras».
La apreciada psicoterapeuta se inspira en los acontecimientos de la vida cotidiana para ayudarnos a descifrar la polifonía de nuestras emociones más profundas: traza así un camino concreto y rico en experiencias para redescubrir los afectos y afrontar las angustias de nuestro tiempo con una mirada abierta a la esperanza.