El nacimiento imperfecto de las cosas
La gran búsqueda de la partícula de Dios y la nueva física que cambiará el mundo
Tietoa kirjasta
"Todo es precario. La condición humana es tan frágil como las gigantescas estructuras que nos rodean y nos parecen inmortales."
Nuestro destino se decidió una centésima de nanosegundo después del Big Bang. Cuando materia y antimateria eran equivalentes, cuando el universo podía volver a ser energía pura en cualquier instante, bastó una levísima preferencia del bosón de Higgs por la materia para que surgiera el mundo en que vivimos. "He aquí el minúsculo "defecto", la sutil "imperfección" que dio origen a todo; una anomalía que es el principio de un universo material cuya evolución dura ya miles de millones de años."
Si todo nació con la materia, debemos comprender los múltiples detalles de ese episodio crucial, fotograma a fotograma y desde diversos ángulos. Con este objetivo, el CERN creó cerca de Ginebra el LHC, el acelerador de partículas más potente del planeta, el dispositivo que mejor recrea las condiciones iniciales del universo. Así hemos conseguido capturar la llamada "partícula de Dios" y por eso seguimos investigando. Hemos de entender mejor cómo apareció todo y cómo tendrá fin nuestra historia: si envueltos en el frío y las tinieblas, o con una catástrofe cósmica que al menos nos concedería el privilegio de un último acto espectacular.
Con la audacia de los grandes exploradores, Guido Tonelli, uno de los principales guías de ese grupo de físicos visionarios, nos cuenta qué significa asomarse a los límites del conocimiento para descubrir cómo fue el inicio del mundo y cómo será tal vez su final.