No se ha escrito este libro se advierte en el prólogo para que se lea rápidamente; está pensado para que la enseñanza penetre despacio en el alma. Es obra de grandes silencios, aunque el autor tenga el buen gusto de acotarlos con censuras de líneas o puntos suspensivos. Le va saliendo al paso al lector la necesidad de detenerse, de meditar, de volver sobre lo leído.
El texto fue editado en esta colección en 1954 y reeditado en varias ocasiones. A petición de los lectores se ofrece de nuevo ahora, por su solidez doctrinal y su elevado valor espiritual.