Shogunes y navegantes. Dos documentos novohispanos del siglo XVII
Tietoa kirjasta
El 25 de julio de 1609, Rodrigo de Vivero, exgobernador de Filipinas y pariente del virrey Luis de Velasco, embarcó para regresar a Nueva España. El 30 de septiembre sus naves fueron embestidas y azotadas contra las costas de Japón por un terrible huracán. El gran Shogún de aquellas tierras, considerado héroe por haber unificado el país, supo que entre los náufragos se encontraba el exgobernador de Luzón, sin duda la figura más importante que había pisado el territorio japonés hasta ese momento. El monarca mandó recoger a don Rodrigo y le regaló hermosos kimonos para que pudiera presentarse ante la corte. En ese momento comenzó una relación entre los dos personajes, misma que posibilitó llegar a un acuerdo diplomático y comercial. Posteriormente, para pagar lo prestado a De Vivero, el virrey mandó una nueva expedición a Japón. Ésta fue encabezada por Sebastián Vizcaíno, personaje que resultó ser un diplomático extremadamente torpe. La relación de amistad, y posiblemente comercial, que se había construido entre Japón y Nueva España se rompió de manera definitiva. El papel que tuvieron la cortesía y el honor quedó expresado en el juego político de ambos personajes, como lo atestigua este libro.