Marina quiere hacer muchas cosas, pero no se atreve. Ella se ve a sí misma como un conjunto de desastres, creado para hacer reír a la gente. Y le gustaría parecer tan glamurosa como las chicas de las cuentas que sigue en redes sociales, pero ni por asomo. Esas chicas tienen más gracia en una uña del pie, que ella en todo su cuerpo.
Por suerte, todo empieza a cambiar tras ser etiquetada en Instagram por una cuenta misteriosa que no deja de sorprenderla. Haciéndola salir de su caparazón, para empezar a vivir la vida que de verdad quiere tener.
¿Podrá esta historia de amor virtual traspasar su pantalla, y dejar de ser 2.0 para convertirse en realidad?