Se pueden decir muchas cosas de Vitello, pero que es aburrido no es una de ellas. Vitello no es muy bueno para aburrirse, y siempre se le ocurre alguna travesura. En “Vitello construye una trampa para monstruos” tiene que buscar una solución para conciliar el sueño.
Si hay algo que le gusta a Vitello, son los monstruos. Y los zombis. Y los vampiros. Y las calaveras. Pero solo a la luz del día. Cuando llega la hora de acostarse y afuera está a punto de ponerse oscuro, oscuro y un pelín espeluznante, Vitello empieza a pensar que quizá hay un monstruo debajo de su cama. ¿O quizá alguien lo está esperando en el pasillo? Alguien con colmillos. Así no se puede dormir. Vitello tendrá que hacer algo…