Kent Cutler estaba perdido, ¡y precisamente en su propio rancho!, con una atractiva señorita que le hacía pensar en cosas que no tenían nada que ver con cuidar al ganado. En cosas... ¿podría llamarlas... románticas? Bueno, eso no le dejaba más que una elección... ¿Echarla del rancho? ¡Jamás!
Brianne Gainsborough sabía guiar y marcar al ganado como cualquier vaquero. Incluso podía echarle el lazo a un vaquero como Kent si lo deseaba... ¡Y vaya si lo deseaba!