Después de haber resultado herido, lo único que deseaba Jess Fargo de Kate Mulholland era un lugar donde poder descansar y recuperarse... y volver a ganarse el cariño de su hijo. Lo último que quería era cualquier tipo de compromiso, y tenía la sensación de que a su guapísima casera le ocurría lo mismo...
Y era cierto. Hacía muchos años que Katie había aceptado que nunca sería madre; y empezar una relación con aquel irritante, aunque irresistible detective era más que peligroso. Sin embargo, tuvo que confiarle su vida. ¿Podría mantener el corazón al margen?