Él le ofrecía la familia que siempre había deseado.
Cuando Mariah se encontró embarazada y soltera a los dieciocho años, decidió marcharse del pueblo de Colorado donde vivía. Un año después, regresó de Chicago con un bebé y con la historia de un marido ficticio que se había marchado convenientemente a Alaska a probar suerte con las minas de oro.
Pero entonces, el atractivo aventurero llamado Wes Burrows apareció en su casa afirmando ser el marido que Mariah se había inventado. Sus mentiras habían tomado forma humana... y sus sueños más alocados se empezaban a hacer realidad.