Sólo había un modo de huir de aquella isla destrozada por la guerra: Lauren tendría que casarse con Guy, un guapísimo desconocido... eso sí, todo sería mentira. Al menos al principio...
Cuando se reunió con Guy en terreno más seguro, Lauren se quedó anonadada por la química que surgió entre ellos de manera inmediata. Pero lo que más la sorprendió fue enterarse de que sus votos matrimoniales eran completamente legales. Además, Guy resultó ser el príncipe del reino de Dacia.