Seis años atrás, Sara Hobart había ayudado a una pareja sin hijos a encontrar la felicidad. Ahora era ella la que necesitaba un pequeño milagro. El instinto le decía que Kyle Barclay era su hijo. Sólo había una cosa que se interponía en su camino: el padre del niño.
Desde la muerte de su mujer, Nathan había intentado ser un buen padre para su hijo Kyle. Entonces apareció aquella atractiva desconocida. Legalmente, Sara no podía reclamar a su hijo, pero Nathan sabía que no podía apartarla del pequeño, que ya la adoraba. Por su parte, él estaba empezando a desear dejar de ser un padre viudo y convertirse en un padre de familia…