Nuestras vidas se han vuelto complejas. Vivimos sumergidos en un mar de expectativas y de información, y anhelamos sobrevolarlo, tocar tierra firme, distanciarnos.
El autor parte de este anhelo, y en un viaje sorprendente por varias disciplinas —filosofía, psicología, sociología, historia del arte y religión— muestra con claridad lo que hemos perdido. Sin visiones negativas, identifica los auténticos nutrientes de nuestra vida, y los sintetiza en tres principios: vínculos, sentido, belleza. Invita así Hartl a tratar de instaurar una nueva cultura, capaz de mirar con esperanza al futuro y de remover los obstáculos que se empeñan en mostrarla inalcanzable.