Tierra prometida, tierra perdida, tierra recuperada Es posible que este motivo sea uno de los elementos esenciales de la gran intriga de la Biblia. Está la tierra en su extensión más amplia, aquella cuya creación por parte de Dios se cuenta al principio del libro del Génesis. Está la tierra particular prometida a Abrahán: «Ve a la tierra que yo te mostraré», y dada al pueblo de Israel, tierra que «mana leche y miel» y por la que corrió sangre. El presente trabajo se ha elaborado para tratar de responder a una pregunta: la historia de la alianza entre Dios y la humanidad, ¿pasaría por el don de una tierra a Israel? ¿No tendría cualquier tierra humana como vocación convertirse en tierra de alianza?