Terriblemente desfigurada, lady Isobel Dalceann había luchado con uñas y dientes por defender su fortaleza sin pensar en su propia seguridad. ¿Por qué entonces había permitido ahora que un desconocido se metiese en su casa? Lo cierto era que, aunque representaba una amenaza, su cuerpo magullado y marcado por la guerra reflejaba sus propias cicatrices y le había hecho tener fe en él.
Marc de Courtenay era un mercenario solitario, que se sentía muy atraído por la hermosa Isobel. Pero al permitirle ella entrar en su fortaleza, sin darse cuenta estaba revelándole secretos que le permitirían traicionarla. ¿Qué haría si descubriera quién era él realmente?