Él era un hombre de honor, ella una mujer con coraje.
Jeremiah Sparhawk estaba dispuesto a enfrentarse a lo imposible. Sólo un hombre como él podía ayudar a la condesa Caroline Moncrief. En él ella encontraría a su héroe, un héroe dispuesto a llegar a las puertas del infierno si se lo pedía.
Caroline Moncrief formaba parte del destino de Jeremiah, aunque perteneciera a otro hombre. Él supo adivinar desde el principio que sus futuros se entrelazarían y que le haría sentir más vivo que nunca, aunque ello le partiera el corazón.