Es la vindicación del Evangelio de Jesucristo, en contraposición con los preceptos judíos (Ley ceremonial) que se habían mezclado dentro de la iglesia cristiana de ese lugar. La epístola revaloriza y asienta orientación y rumbo, pues los gálatas comenzaron a ir para atrás, y volvían a la Ley mosaica, creyendo así afirmar su salvación.