En 1888, inmediatamente después de escribir "Fortunata y Jacinta" y cuando se halla en el mejor momento de su actividad creadora, Galdós publica "Miau", novela centrada en la figura de un funcionario cesante, condición de gran actualidad en aquel momento de alternancia de partidos. El tipo había sido ya descrito por Mesonero Romanos y Gil de Zárate y el propio Galdós. "Miau" es también la historia de tres mujeres empeñadas en vivir por encima de sus posibilidades, y la de un niño enfermizo que ve a Dios en sus sueños, y la de un hombre sin escrúpulos que triunfa a pesar de su conducta inmoral.
Hay escritores a los que se vuelve una y otra vez, a los que no queda otro remedio que volver una y otra vez, bendiciendo la suerte de su prolificidad. Entre ellos está Galdós, un escritor que, como ningún otro, supo recoger en sus libros la medida de lo humano y, a la vez, retratar la sociedad de su tiempo. Así que en cuanto seres humanos y herederos de aquella sociedad, sus libros nos siguen atañendo, nos siguen apelando. Eso sin contar el tiento del autor para desarrollar tramas y personajes cautivadores, palpitantes de vida.