La compré en un rastrillo, solo porque me pareció un objeto curioso. Pero, desde entonces, han ocurrido algunas cosas realmente extrañas.
Quizás debiera pedirle un deseo… por si acaso…
Y ahora ese hombre tan atractivo, Alan Kincaid, quiere que le devuelva la lámpara. ¿Verdad que es una tontería? Estoy segura de que mi primer deseo se hizo realidad por pura coincidencia, aunque estoy empezando a pensar que Alan podría ser mi segundo deseo... y el tercero... y el cuarto...