¿Sería posible que una falda funcionase como un imán para los hombres? La escritora Chelsea Brockway no lo creía en absoluto, pero quería que esa idea le sirviera para conseguir una columna mensual en una revista. Solo que cuando se decidió a experimentar con la falda, ¡descubrió asombrada que funcionaba de verdad! De repente, todos los hombres caían rendidos a sus pies. Incluso su nuevo y atractivo jefe.
Zach McDaniels estaba dejando bien claro que quería acostarse con Chelsea. Lo malo era que también quería despedirla...