"Áyax", tal vez la primera de las tragedias conservadas de Sófocles, es una obra de juventud y su tragedia más popular en la Antigüedad. "Áyax" es de tema homérico y por su sencilla estructura se aproxima aún al estilo esquiliano.
Áyax es el héroe griego más bravo después de Aquiles, e igualmente invulnerable, excepto en la axila. El héroe, resentido porque las armas de Aquiles se han otorgado a Odiseo, enloquece y descarga su ira contra un rebaño de ovejas; al recuperar la cordura se siente avergonzado y culpable porque con su arrogancia ha enojado a los dioses. Desmesurado en su demencia, aparece en pugna con los principios morales y es víctima del pundonor y la pasión. Menos poético que Esquilo, Sófocles emplea un estilo más claro y más llano, con elegante ornamentación y dignísima mesura, y en el diálogo despliega una intensa vivacidad. Estos valores hicieron que los griegos vieran en Sófocles la realización de su ideal literario y que reputaran como modélicas sus tragedias.