Cuando Bea cumplió veintiún años, entró como socia en la empresa de su difunto padre, cuyo presidente era su ex prometido. Pero esta vez, Leon no iba a seducirla con su irresistible atractivo; ella estaba decidida a no sucumbir a su poderosa química.
Entonces, Leon anunció que estaban prometidos de nuevo, lo cual era una novedad para Bea. Pero antes de que pudiera protestar, Leon la llevó a su lujosa villa de Chipre.
Bea intentó escapar y fracasó. Sin embargo, no eran las medidas de seguridad lo que la retenía, ¡era su deseo por Leon!