Cuando sus mundos chocaron… quedaron unidos para siempre
Flora Bick escapó por una vez de su meticulosamente ordenada vida y se dejó arrastrar por los desinhibidos besos de un desconocido. Abrumada con lo que había hecho, huyó de su cama y volvió a su segura existencia. Pero él la acababa de encontrar, y los dos descubrieron lo inimaginable: se había quedado embarazada.
Tras exigir a Flora que le acompañara a Sicilia, Raffaele Russo le reveló que era un hombre inmensamente rico y que estaba decidido a que su hijo tuviera la estabilidad que él no había tenido nunca. Pero, de momento, su secreto seguía siendo estrictamente suyo, y les iba a unir mucho más que su omnipresente deseo.