¿Qué hacían los nadaístas de Medellín aquellos días de su primera insurgencia? Eduardo Escobar, uno de los fundadores del grupo, el más joven de todos y uno de sus escritores más juicioso y prolífico, recuerda en esta crónica y ensayo las primeras experiencias literarias y vitales de esa pandilla de muchachos , casi todos menores de edad entonces, que, con cómica arrogancia se decían locos, geniales y peligrosos; sus fantasmas interiores; las relaciones que mantenían con el Dios de sus padres, con el diablo de sus padres y con las mentiras sociales que los oprimían, y las ilusiones, los proyectos y los libros que leyeron a su modo ecléctico e irresponsable.