Como buena diseñadora de interiores, Cami Anderson deseaba que su casa fuera única, por eso contrató los servicios de un carpintero para que la ayudara. Ella esperaba un hombre mayor, amable y con experiencia... Ni en sus sueños más inconfesables habría imaginado un carpintero como Tanner McCall, que no era mayor, ni amable, pero sí tenía experiencia... y parecía tener mucho interés en oír todos sus desastres amorosos.