Después vino la toma del Palacio de Justicia, que cambió mi crítica humorística por la conciencia del drama. Ya no había risa. Señor presidente, qué honor estar con usted en este momento histórico cierra una etapa y abre otra. Una periodista me preguntó en un reportaje si yo hacía arte comprometido políticamente; yo le respondí: "El compromiso de los artistas no es político, sino ético". Lo que sigue es otro cuento.