Este libro analiza, desde una perspectiva psicogenética, la escisión esquizofrénica que define a la psiquis específica del cristianismo (siglos I-VIII) a partir de la tensión entre las figuras de Cristo, que funciona como vector simbólico-conjuntivo (eikon), y del Anticristo, que funciona como vector diabólico-disyuntivo (phantasma o eidolon).