El autor de esta obra aborda el problema del sida desde su propio contexto nigeriano, confrontando únicamente con la realidad vivida de tantos amigos y parientes a los que la enfermedad se ha llevado consigo. Lo aborda como igbo y como teólogo, en diálogo con la modernidad y con el mundo occidental, pero con la esperanza siempre presente de que también su pueblo, desde valores y convicciones más profundas, tienen la capacidad y los medios necesarios para que el sida, con una original propuesta de prevención, se convierta en una nueva mirada de vida y esperanza.