En el verano de 1851 Alejandro Dumas pasa unos días en una hostería de la localidad francesa de Montmorency.
Allí, Dumas se encuentra con un joven viajero que acaba de regresar de la lejana California. Era la época de la fiebre del oro. Dumas se encierra con el joven y, con el apoyo de un prolijo diario del viaje, escribe esta apasionante crónica que, como si de una novela de Jules Verne se tratara, va narrando las peligrosas peripecias de una vida de aventura en esa nueva tierra prometida. De la mano de Dumas, el lector navegará por los mares del Atlántico sur, buscará oro en las Montañas Rocosas, cazará ciervos, jaguares y osos en los bosques de la sierra Nevada y vivirá peligrosos incendios en las casas de madera de la naciente ciudad de San Francisco.