Lucas perdió la vista de niño. Ama la montaña donde sus agudos sentidos le muestran un mundo desconocido para los demás. El viento trae perfumes y rumores, que apenas percibimos, pero Lucas los conoce casi mejor que a sí mismo.
El camino de Lucas se cruza con el de Céfiro, un águila secuestrada por unos cazadores furtivos. Todo parece perdido, pero la naturaleza está llena de pistas y es capaz de revelar la verdad a aquellos que saben escuchar y ver con otros ojos