No hay nada más griego que Homero, más romano que Virgilio ni más medieval que Dante. Son tres autores a quienes la historia considera capitales. El autor explora el mundo en que vivieron, la historia que contaron y los perfiles heroicos que propusieron en sus grandes obras: La Ilíada, La Odisea, La Eneida y La Divina Comedia.
Y lo hace intentando poner de relieve tanto la continuidad de sus obras como sus puntos de inflexión y ruptura, pues la obra literaria surge y responde a una experiencia histórica específica.