El caballero sin nombre de Antonio Mira de Amescua fue en 1640, y la fecha aproximada de su composición se sitúa entre los años 1605 y 1616.
Se cree que los antecedentes de su trama residen en la leyenda de la familia Cabezas, cuyo fundador se hacía llamar «el caballero sin nombre».
La comedia ofrece una importante dinámica escenográfica, creando espacios diversos sin necesidad de tramoyas complejas. En
El caballero sin nombre se suceden cuadros escenográficos que no solo alteran los personajes sino también la luz, el espacio y el ritmo a lo largo de sus tres actos.