Catherine Wilson sabía que debía dejar de preocuparse por su hijo, pero temía que el pequeño sufriera una recaída. Temía haberse olvidado de cómo vivir de verdad y temía que las emociones que aquel hombre había despertado en ella acabaran en un desengaño. Catherine deseaba ser valiente. Aceptar a Nathan Conners en su vida familiar fue una de las decisiones más duras porque sabía que, si no tenía cuidado, Nathan podría hacer que volviera a creer no sólo en sí misma… sino también en el amor…