Sobre la meseta egipcia de Guiza, se extiende la necrópolis más famosa del mundo. Allí se levantan las pirámides de los faraones Keops, Quefrén y Micerino, además de la archifamosa Gran Esfinge. Su rara perfección arquitectónica y su milenaria resistencia al paso del tiempo las convierten en uno de los conjuntos monumentales más emblemáticos de la humanidad.