¿Por qué ir a Misa los domingos? ¿Por qué ir otros días, si no es un precepto de la Iglesia católica? ¿Cómo entender la celebración y aprovecharla mejor? ¿Para qué confesarse con frecuencia, y comulgar?
Con brevedad y un lenguaje directo, sin más citas que algunas palabras de Jesucristo y sin exigir al lector otros conocimientos que la catequesis recibida en su infancia, el autor ofrece pistas para ahondar en el misterio inagotable de la Eucaristía.