Dulce, la onza parda salvaje muestra que la prudencia es una virtud importante para todos. Saber reflexionar los riesgos y buscar la solución de sus necesidades es una tarea constante: debemos aprender desde la primera infancia a contener nuestros impulsos, a razonar, a decidir cómo perseguir nuestras metas, teniendo en cuenta que debemos protegernos.