Kat Marshall lo había sacrificado todo por sus hermanas pequeñas. Y con más dificultades económicas que nunca, necesitaba desesperadamente que la ayudasen. La inocente Kat había ocultado siempre sus sueños, hasta que conoció al enigmático magnate ruso Mikhail Kusnirovich, que le hizo una oferta que podía hacerlos realidad…
Mikhail era multimillonario, y no tenía sueños. Tenía mucho dinero y siempre conseguía lo que quería. Imaginó que le sería sencillo acostarse con Kat, ¡pero era imposible seducir a la tentadora pelirroja! Así que Mikhail se ofreció a pagarle sus deudas… a cambio de que pasase un mes en su yate, y en su camarote.