Ante un ordenador y en la alcoba, ella era la única capaz de igualarle.
Jameson Neally, más conocido como Joker, era uno de los mejores hackers del mundo. Kinley Sullivan, también. Para él, trabajar solo había sido siempre su lema, pero tener que hacer equipo con la hermana de su jefe en su yate en mitad del mar era el único modo de atrapar a un infame delincuente. Kinley había tenido siempre una vena temeraria y un pasado oscuro, aunque la pasión que despertaba en él era mucho más peligrosa que cualquier malhechor. ¿Amar a Kinley sería un modo de redimirlos a ambos, o acabaría Joker pagando los platos rotos?