¿Quién es María, la Inmaculada? El autor ofrece un retrato de la Madre de Dios al hilo de la costumbre cristiana de la preparación de su fiesta. Y lo hace contemplando las Bienaventuranzas, la Salve y el Magníficat, que exclama María en su encuentro con su prima Isabel.
El cristiano necesita la mirada de María para librarse de la sensación de autosuficiencia que tanto dificulta la paz interior. Su Corazón Inmaculado es el mejor camino para experimentar en toda su hondura la misericordia de Dios.