Nik no era un Voronov por sangre, pero se mostraba muy protector hacia su familia de adopción. Por ello, cuando empezó a sospechar que Sybella Parminter podría estar aprovechándose de su abuelo, la echó sin piedad de su propiedad.
Sin embargo, tras un primer encuentro accidentado, un fuerte deseo empezó a consumirlos, por lo que Sybella podría ser la dulce redención que aquel hosco multimillonario necesitaba…