Lia no podía creerse que se hubiese acostado con un completo extraño. Y encima, para colmo de males, estaba embarazada y no tenía ni idea de cómo encontrar al misterioso hombre con el que había compartido esa increíble noche de pasión.
Shane Fortune no había ido a Red Rock desde hacía meses, y nada podría haberlo preparado para el shock que se llevó al enterarse de que Lia estaba embarazada. A pesar de la sorpresa, le dio su palabra de que cumpliría con sus obligaciones y se haría cargo de la situación. Lo que no se imaginaba era que aquella hermosa mujer y el hijo que esperaba pronto le robarían el corazón.