Jack Doyle había regresado a Highfield Manor convertido en millonario... y como nuevo propietario de la mansión que había pertenecido a la familia de Esme durante siglos...
Vivir junto al hombre al que una vez había amado con todo su corazón iba a ser muy duro para Esme. Pero lo que más la preocupaba era que Jack descubriera el secreto que ella llevaba años ocultándole: él era el padre de su pequeño.