Estaba acostumbrada a cuidar de los pacientes… ¡no a ser uno de ellos!
Jarrett Deeks sabía cómo salvar a un caballo, pero las mujeres de ciudad, como Theresa Pirelli, estaban fuera de su alcance. No obstante, un beso suyo le había hecho tambalearse mucho más que cualquier toro. Se veía reflejado en ella: un poco magullado y muy solo. Después de curarla no iba a poder dejarla marchar. Pero ¿cómo podía convencerla de que se quedase con él?
Pasar unas semanas en el rancho que Jarrett tenía en California le pareció a Theresa lo ideal para recuperarse de un accidente, pero el sexy vaquero iba a volver a desequilibrarla completamente.