Memoria
1933-1966
Description of book
Para Sergio Pitol memoria y literatura son indivisibles. Sus más célebres páginas, El arte de la fuga, El viaje, El mago de Viena, nos enseñan cómo se transita a través del tiempo, cómo se avanza hacia el pasado. Pitol ha configurado su obra y su vida a través de sus lecturas. En esta edición revisada de su mítica Autobiografía precoz, publicada en 1966, el autor de La vida conyugal evoca y reconstruye viajes, libros, primeras amistades, pasiones permanentes desde entonces.
Escribir y reescribir para Pitol es otra cara de su propio axioma: la relectura es la verdadera lectura. El hilo conductor de toda su obra ―novelas, ensayos, cuentos, traducciones― es la literatura misma: desde el niño que lee con profusión a Dickens hasta el escritor maduro que desentraña los misterios de la trama a la hora de traducir El buen soldado de Ford Madox Ford.
Si la vida no se cuenta, da la impresión de que no existe, es apenas un lapso de tiempo que transcurre. Estas Memorias (1933-1966), contadas por él mismo, convierten a Sergio Pitol en su propio cartógrafo, su viajero, su narrador y su demiurgo.
Para Sergio Pitol memoria y literatura son indivisibles. Sus más célebres páginas, El arte de la fuga, El viaje, El mago de Viena, nos enseñan cómo se transita a través del tiempo, cómo se avanza hacia el pasado. Pitol ha configurado su obra y su vida a través de sus lecturas. En esta edición revisada de su mítica Autobiografía precoz, publicada en 1966, el autor de La vida conyugal evoca y reconstruye viajes, libros, primeras amistades, pasiones permanentes desde entonces.
Escribir y reescribir para Pitol es otra cara de su propio axioma: la relectura es la verdadera lectura. El hilo conductor de toda su obra —novelas, ensayos, cuentos, traducciones— es la literatura misma: desde el niño que lee con profusión a Dickens hasta el escritor maduro que desentraña los misterios de la trama a la hora de traducir El buen soldado de Ford Madox Ford.
Si la vida no se cuenta, da la impresión de que no existe, es apenas un lapso de tiempo que transcurre. Estas Memorias (1933-1966), contadas por él mismo, convierten a Sergio Pitol en su propio cartógrafo, su viajero, su narrador y su demiurgo.