Dom necesitaba una compañera, una chica glamurosa que le consiguiera la publicidad necesaria para financiar su próxima expedición. ¡Y la supermodelo Jemima Dare era la mujer adecuada! Jemima necesitaba una doble… No podía trabajar, pero tampoco podía perder el contrato, así que recurrió a su hermana Izzy. Para Izzy hacerse pasar por Jemima ya era bastante difícil, pero tratar con Dom, poderosamente atractivo y con unos ojos demasiado perspicaces, era más de lo que podía soportar. Sobre todo desde que se sintió obligada a contarle la verdad.