Raine Crockett no sabía qué hacer. No podía tolerar que el guapísimo abogado Neil Rankin fingiera ser su prometido, entre otras cosas porque su simple presencia la volvía loca. Además estaba empeñado en hacer que el romance pareciera muy real: un cariñoso beso, un brazo alrededor de sus hombros en un gesto protector… Raine podría acostumbrarse a todas aquellas muestras de afecto, pero ¿qué pasaría cuando aquella treta llegara a su fin?