Dimitrios Pandakis había jurado que, a diferencia de su hermano, él jamás se dejaría atrapar por el matrimonio, y se había tomado tan en serio su promesa que, a pesar de su fama de rompecorazones, ¡nunca se había acostado con una mujer!
Pero de pronto su nueva secretaria estaba poniendo a prueba la firmeza de tal juramento. Con su aspecto sencillo, Alexandra Hamilton se las había arreglado para colarse en el corazón de Dimitrios, y él sabía que solo había una cosa que lo haría sentirse satisfecho: ¡casarse!