Habían pasado meses desde que un curtido vaquero no identificado había salvado a Victoria Fortune de los escombros del tornado, y ella estaba obsesionada con su recuerdo desde entonces.
Garrett Stone sabía quién era ella, desde luego. En Red Rock todo el mundo conocía a los Fortune. Y un día, la princesa mimada apareció en su puerta. El taciturno ranchero se preparó, porque eso le traería problemas. Victoria era demasiado joven, demasiado consentida y demasiado tentadora. Veía a Garrett como una especie de héroe. Pero él no era más que un hombre. Un hombre con un pasado sombrío que no se merecía el brillo que veía en sus ojos.