Cuando la marea la liberó, Allie Carter se encontró en la orilla a los pies de Lorne de Marigny, monarca de Carramer, un atractivo príncipe acostumbrado a salirse con la suya, que le exigió que se quedara en su residencia con su hijo y con él.
Desempeñar el papel de niñera del adorable Nori sirvió para acallar los rumores que podían cuestionar la relación de Allie con el príncipe viudo. Pero ella necesitaba saber por qué Lorne parecía tan torturado y si había un lugar para ella en su corazón.